Según el último informe realizado por Cáritas Internacional,
en el año 2010 la organización recibió 1.800.000 solicitudes de ayuda e
invirtió 30 millones de euros en alimentación y vivienda principalmente. Desde
Cáritas de Morata se trabaja sin descanso por el desarrollo y la integración de
todas estas personas que acuden a la organización.
Cada día los titulares sobre
desahucios, paro o crisis en general invaden los informativos y
consecuentemente nuestras casas, lugares de trabajo o reuniones con amigos. En
muchas ocasiones se trata de casos particulares cuyo final no conoceremos. Pues
bien, la gran mayoría de esas trágicas historias tienen algo en común, la
intervención de Cáritas para poder
solucionarlas. Esta organización católica internacional está presente en más de
200 países y territorios. Cáritas española cuenta con 65.000 voluntarios
que constituyen el 90% de los recursos humanos de la organización, 6.000 Cáritas Parroquiales,
distribuidas en 68 Cáritas Diocesanas
y agrupadas estas en 13 Cáritas
Regionales.
La labor de esta confederación
es apoyar y promocionar a los grupos sociales en situaciones de precariedad y/o
exclusión social. “Promover el
desarrollo integral de las personas y los pueblos, especialmente de los más
pobres y excluidos”, es la misión por la que Cáritas trabaja desde hace
décadas. Cuenta con dos fuentes principales de financiación, la más importante
es la que proviene de fondos privados, es decir, de donaciones anónimas de
particulares y empresas. Por otro lado, una parte de Cáritas se nutre también
de fondos públicos, aportaciones de diferentes administraciones españolas y
europeas.
En el año 2008 Cáritas puso en
marcha la campaña Cáritas ante la crisis. El objetivo planteado en ese momento y
que hoy en día se mantiene, fue dar respuesta activa a las demandas de ayuda de
las personas que sufren los efectos de
la crisis. Estas demandas son cada vez más numerosas y urgentes. Así lo revela
el último Informe sobre las demandas atendidas a través de la red confederal de Acogida y
Atención primaria del año 2010 publicado en julio de
2011.
Las peticiones de ayuda se duplicaron respecto al
anterior estudio llegando a la cantidad de
1.800.000 solicitudes de ayuda, un 102´2% más que tres años antes.
De la anterior cifra mencionada 300.000 solicitudes fueron de personas que
acudían por primera vez a Cáritas, la principal razón se atribuye al paro.
Otras volvieron a recurrir a la asociación después de haber finalizado procesos
de inserción social. La mayor parte de estos casos son familias, el 74%, mientras que las personas que
acuden solas representan el 24%.
Respecto al perfil de las personas que se refugian en Cáritas, parados jóvenes y mayores de 45 años,
familias jóvenes y mujeres solas con cargas familiares son los tres grupos
sociales que predominan. Según el informe, Cáritas se encuentra en el puesto
número tres en cuanto al orden de estrategias de subsistencia que estas
personas suelen seguir, es decir, que después de acudir a familiares y a
trabajar en actividades de economía sumergida el tercer recurso es acudir a las
organizaciones sociales. En cuarto lugar estarían los Servicios Sociales
Públicos y por último el apoyo por parte de las redes comunitarias (vecinales).
Muchas de las personas que acuden a la red de confederaciones de
Cáritas vienen derivadas de los
Servicios Sociales Públicos, exactamente un 67% según el informe citado. Cáritas señala que “la atención de
las necesidades básicas por parte de los Servicios Sociales municipales es de
muy baja intensidad” debido entre otras a la falta de recursos humanos, a la
insuficiencia de prestaciones económicas, a la limitación en el tiempo de las
ayudas, a los requisitos de acceso cada vez más duros y excluyentes, a la
lentitud de la tramitación y al reducido concepto de “necesidades básicas” (no
incluir la demanda de alimentos, enseres, medicamentos, etc.).
Según dicho estudio, la
mayor diferencia entre los Servicios Sociales Públicos y Cáritas es el tiempo.
En el primer caso la media de espera para acudir a la primera cita es de un
mes, mientras que Cáritas se sitúa en torno a los 4 días. La respuesta por
parte de los Servicios Públicos puede rozar los dos meses, en su lugar Cáritas
calcula que tarda aproximadamente una semana en dar respuesta a sus
solicitudes. En cualquier caso, Cáritas no quiere suplir a las administraciones
públicas ni sustituirlas sino complementarlas.
En los últimos años Cáritas ha duplicado los recursos invertidos
debido a la crisis, en 2010 la
asociación invirtió 30 millones de euros en alimentación y vivienda
especialmente. Las principales medidas anticrisis han sido un aumento de
los recursos económicos y humanos, la revisión y adecuación de funciones, una
mayor coordinación, aumento de las acciones formativas de empleo y la
elaboración de numerosas campañas, la más importante Cáritas ante la crisis ya mencionada.
En el caso de Morata de
Tajuña, la colaboración y generosidad son dos aspectos que han
caracterizado a nuestro pueblo en muchas ocasiones, Cáritas es la precursora de
muchas de ellas. Actualmente acuden a pedir alimentos entre 35 y 40 personas al mes a Cáritas de
Morata, Félix Rodelgo es el
encargado de recoger, organizar y hacer llegar estos alimentos a los más
necesitados.
Félix Rodelgo
Gran parte de estas personas acuden a Cáritas asiduamente, otras
dependen de la situación laboral del momento, sobre todo en lo referente a la
agricultura. El perfil que más se da es el de familias con varios hijos y
alguno de los cónyuges parados, en ocasiones ambos. Un alto porcentaje de estas
son extranjeras, varias de ellas tienen niños con apenas unos meses y muchas sobreviven con 400 euros al mes y en
ocasiones con nada.
Con la crisis las solicitudes de ayuda han ido en aumento, 2011 ha
sido uno de los años en el que más alimentos se han recibido por parte de la
Cruz Roja a través de los Servicios Sociales, él último envío fue de cuatro
toneladas. También hay empresas y particulares que aportan su granito de arena.
Muchas de estas personas sienten vergüenza al solicitar ayuda,
algunas no dicen toda la verdad al contar su caso concreto. Cáritas de Morata
está en constante relación con los Servicios Sociales del pueblo y acudir a
ellos es lo primero que se les aconseja.
Sin duda, la implicación es una parte importante de la labor que
Cáritas realiza. En el caso de Félix, con tan solo 20 años ya colaboraba en lo
que antes se conocía como el Secretariado
de Caridad. En nuestro pueblo entonces había muchos necesitados, tanto es
así, que en casos concretos se concedieron préstamos de unas 500 pesetas. En la
actualidad, entre las tareas de Félix está la de hacer la compra, cuando la
despensa de Cáritas está un poco vacía, estar informado de la situación que
atraviesan las personas que acuden a él, si es necesario ir él mismo a las casas
de estas personas o hasta buscarles techo si fuera preciso.
Con la misma dedicación trabaja el grupo de mujeres que se encarga
del ropero de Cáritas de Morata.
Cada lunes reparten ropa a unas 8 o 10 personas, familias extranjeras
principalmente, aunque también acuden jóvenes y morateños. Al igual que en lo
referente a los alimentos, con la crisis las personas necesitadas de ropa han
ido en aumento, pero también las donaciones y ayudas han ascendido. Una de las
razones son las numerosas campañas que Cáritas lleva a cabo durante el año,
como el rastrillo solidario de Navidad.
Este grupo de mujeres se encarga de la organización y selección de la ropa en
buen estado, así como del reparto de la misma. Al final de la temporada, la
ropa sobrante se envía a Perú a través de la fundación cristiana Coprodeli.
Desde Cáritas de Morata, y por consiguiente, desde la parroquia de Ntra. Sra.
de la Concepción, se lucha por el desarrollo y la integración social de todos
los que necesitan una mano amiga para seguir adelante.
Rastrillo solidario de Navidad 2011-2012
La última campaña que Cáritas española lanza, apela al compromiso
personal y social, su lema es Vive sencillamente para que otros, sencillamente, puedan vivir. Con ella, Cáritas quiere invitar “a vivir
y practicar una serie de valores para hacer posible una sociedad con futuro,
una sociedad renovada más justa y fraterna, más solidaria y cercana a la
realidad de quienes viven en pobreza y exclusión”.
Sin duda la justicia y el desarrollo en todos los países de la
tierra es el objetivo principal de Cáritas, pero también lo es evangelizar, dar
testimonio de lo que la Iglesia Católica supone hoy en el mundo, comedores,
centros de acogida, servicios sociales… todo gracias a miles de voluntarios, en
su mayor parte católicos, que promueven la forma esencial de ser Iglesia,
ayudar y dejarse ayudar. Cáritas no solo
auxilia a los más necesitados sino a todos los ciudadanos, ya que la función
que cumple complementa a de las administraciones públicas que sostenemos entre
todos.
Afortunadamente no todos los titulares que pasan por nuestros ojos
a diario son malos, otros nos hacen pensar que la vida de alguien mejora poco a
poco: “Cáritas abre un centro para alejar de la calle a 30 jóvenes con
problemas en Ponferrada”; “Cáritas lanza
una campaña para ayudar a 15.000 familias de Santa Cruz de Tenerife”; “Cáritas reúne a 180 voluntarios en Logroño”; “Cáritas
Cuenca habilita un piso de acogida para personas en la calle con posibilidades
de encontrar empleo”; “Cáritas ha
destinado casi 11 millones de euros a la reconstrucción de Haití”…
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