Buenas materias primas y cariño son algunas de las claves que
caracterizan a la Panadería Conejo a la hora de elaborar el pan. Un producto
artesanal con buen sabor y aroma que desde hace décadas vienen ofreciendo.
En 1923, con tan sólo once años, un niño llamado Tomás comenzó a
trabajar en una panadería de Morata de Tajuña, años después la compraría por
75.000 pesetas. Con mucho esfuerzo e ilusión Tomás “Conejo” sacó adelante un negocio que más tarde continuaría
su hijo y que ahora son su nieta Gema y
su marido Raúl los que lo mantienen. Hablamos de la Panadería Conejo, situada en la Calle Real y conocida por todos los
morateños.
La jornada laboral en la
Panadería Conejo comienza a las 2:30 h. de la madrugada. Cada noche elaboran el
pan para más tarde repartirlo, muchas veces entre bromas, momentos divertidos y
visitas de buenos amigos. En total son
diez los trabajadores que todos los días levantan este negocio, entre ellos
están Julia y Sandra, a las que podemos ver en la fotografía, juntos forman
una gran familia.
El trabajo de panadero siempre
ha sido sacrificado y hoy en día, aunque los tiempos han cambiado, lo sigue
siendo. El día a día y los horarios son complicados y más ahora que la
situación económica no es favorecedora para ningún establecimiento. Durante los
años de bonanza de nuestro país, en la Panadería Conejo todo era vender y
vender. Actualmente el negocio sigue yendo bien, pero la crisis se ha hecho
notar como en cualquier comercio. Por su antigüedad y experiencia en la
elaboración de pan, la Panadería Conejo tiene una clientela fija
sin un perfil concreto, gente de todas las edades. Pero siempre hay un
porcentaje de la misma que varía. Durante el año, hay temporadas con más
demanda y otras más tranquilas, las épocas de mayores ventas son sin duda las
fiestas, en Navidad los Roscones, en
Semana Santa los hornazos y las tortas etc.
Como en muchos empleos, tener
este tipo de establecimiento hace que compaginar la vida laboral con la
familiar resulte difícil en algunas ocasiones. Pero Raúl nos confiesa que no
cambiaría de trabajo, “cada día quieres hacerlo mejor para poder
escuchar ‘que bueno está el pan’ y eso te llena de satisfacción” señala. “Lo mejor de este trabajo es el trato con la
gente y poder elaborar un producto con cariño” añade.
Puede que sea eso, el cariño,
lo que hace que el pan de Conejo tenga tanto éxito entre los morateños. Aunque
las buenas materias primas que utilizan en la Panadería Conejo y el que sea un
producto artesanal, son dos de las claves de este producto esencial en nuestra
alimentación. La aceptación de su producto fetiche se ve acompañada desde hace
años por bollería y pastelería
tradicional con algunos productos más modernos, que también elaboran en la
Panadería Conejo.
Son partidarios del boca a boca
para dar a conocer sus productos y, por ahora, esta manera de atraer a nuevos
clientes les ha funcionado a la perfección. Alimentos elaborados con productos de calidad siguiendo las tradiciones
de nuestro pueblo, es lo que Panadería Conejo nos ofrece. Pan artesano con buen
aroma y sabor y también, bollería tradicional mezclada con algunos toques de modernidad.
En Panadería Conejo quieren
seguir dando este servicio a nuestro pueblo. Luchan contra los alimentes
industriales que inundan el mercado panadero con barras congeladas, que nada
tienen que ver con el pan artesanal que ellos nos brindan. Además, aunque sea
un dicho, a lo mejor algún día se puede demostrar que “si quieres llegar a viejo come pan del tío Conejo”.
Desde La Voz del Tajuña queremos agradecer a la Panadería Conejo que
cuenten con nosotros, desde hace tantos años, para dar a conocer sus productos.
También por habernos contado su historia y por dejarnos que, como su pan,
llegue a las casas de todos los morateños.